Familias


La mayoría de la gente que consume tabaco, por lo general comienza a hacerlo antes de cumplir los 18 años. En Asturias la edad de inicio del consumo se sitúa en los 14,3 años.
En la actualidad la población juvenil hace uso de un número diverso de productos y dispositivos susceptibles de liberar nicotina (cigarrillos, cigarrillos electrónicos, cachimbas, mini cigarros/puros, etc.). Es importante que menores y jóvenes estén informados e informadas sobre los riesgos de su consumo ya que este es nocivo y más en un cerebro adolescente en pleno desarrollo.
Por ello, la familia no puede mantenerse al margen. Las familias condicionan el proceso de socialización de menores y jóvenes. A pesar de no ser la única influencia (grupo de iguales, tecnologías de la información y la comunicación...) la familia juega un papel importante ya que es el primer agente de socialización para sus hijos e hijas. Es en el entorno donde se adquieren y desarrollan actitudes, creencias, valores, hábitos, estilo de vida y comportamientos, que influyen en el desarrollo sano y "equilibrado" de los y las menores.

Y... ¿Qué puedo hacer?
Adolescentes y jóvenes, por la etapa evolutiva en la que se encuentran, pueden sentir atracción por el tabaco por mucho motivos: actuar como si fueran mayores, asumir riesgos, porque lo hacen sus amigos y amigas, etc. Pero las personas que conforman la unidad familiar pueden prevenir el consumo de tabaco.
El objetivo es evitar que fumen o que retrasen lo más posible el inicio en el consumo.
Tu capacidad de influencia positiva en tus hijos e hijas, es proporcional a al calidad de los vínculos y la relación educativas que establezcas con ellos y ellas, desde que nacen. ¡La experiencia es un grado y la formación ayuda mucho!.

📌Habla sobre los riesgos del consumo de tabaco con tu hijo o hija desde edades tempranas. Siempre adaptando el lenguaje y los mensajes a su edad. 
📌Pregúntale a tu hijo o hija ¿Qué opina sobre el tabaco?, ¿Qué le parece atractivo o desagradable?, ¿Qué piensa de las personas que fuman?.
📌Escucha sus opiniones con atención. Es importante intentar no juzgar ni reprender. Fomenta el pensamiento crítico. 
📌Anima a tu hijo o hija a participar en actividades de ocio saludable y comparte tiempo de ocio con él o ella.
📌Presta atención y refuerza las conductas y actitudes positivas de tu hijo o hija.
📌Habla sobre cómo puede responder a la presión de sus amistades para que consuma tabaco (en el caso de que la ejercieran). Además de decir "no", ofrécele otras posibles respuestas.
📌Da un buen ejemplo. Si tú fumas hay más probabilidades de que tu hijo a hija comience a fumar. Lo más adecuado es que no fumes: Eres un modelo para tus hijos e hijas y aprenderán y reproducirán todo lo que tú hagas. Pero si fumas, evita hacerlo en su presencia, y no dejes accesorios para fumar a su vista (cajetilla, mechero, etc).

📌  Establece reglas firmes sobre el consumo de tabaco tanto en casa como fuera de ella, y explícale el porqué y estipulad, mejor, si podéis, pactad cuáles pueden ser las consecuencias en caso de incumplimiento, esto puede facilitar el compromiso.
📌   Di "no" a consumir tabaco. A pesar de que creas que no te escucha, lo hace. Tu desaprobación tendrá más impacto de la que crees.
📌Apoya las medidas de prevención y control del tabaquismo. Se sabe que menos publicidad, accesibilidad y disponibilidad del tabaco, se relaciona con menos consumo.

Prepara a tu hijo o hija para el encuentro con el tabaco 




¡Ya fuma! ¿Qué hago?
No te enfades, es importante que te comuniques con él o ella. Intenta saber qué es lo que le parece atractivo de fumar, cuándo lo hace, con quien, qué fuma...
Mantente firme con las reglas que se establecieron en familia sobre el consumo de tabaco.
➖Si dice "puedo dejarlo cuando quiera" dile que te lo demuestre. En el caso de que lo deje, refuerza esa decisión.

Háblale de:
Efectos a corto plazo: menos dinero para gastar en las cosas que le gustan, dificultad para respirar, mal aliento, dientes amarillos, ropa con olor desagradable, etc.
Beneficios de no fumar: libertad, mejor estado físico, mejor aspecto, etc.

¿Y si... en mi casa se fuma?
Si en casa hay algunas personas que consuma tabaco, todas las personas del hogar son fumadoras pasivas. La exposición al humo de tabaco perjudica de forma importante la salud de las personas, incluso de las que no fuman.
Esto ocurre aunque se fume al aire libre, en la ventana, terraza o solo en una habitación de la casa con la ventana abierta. Las sustancias nocivas que se desprenden quedan impregnadas en la ropa, paredes, alfombras..., en los lugares donde se ha fumado con anterioridad. Así que, ni siquiera fumar en la cocina con la ventana abierta o solo fumar en la calle mantiene a nuestro hijo o hija libre del tabaco.
 
Es importante 
★Que menores y jóvenes estén en lugares donde no se pueda fumar o no se fume habitualmente. Se ha demostrado que los químicos que se desprenden quedan en las superficies mucho tiempo. 
No fumar y no dejar fumar ni en casa ni en el coche. Las partículas de humo permanecen horas y no se eliminan con la ventilación. 

¿Y si... quien fuma soy yo?
Si fumas, una de las cosas más importantes para tu salud y la de tu hijo o hija es dejar de fumar. Aunque le transmitas que fumar no es sano, si tú fumas estarás enviando un mensaje contradictorio: "Y si es malo, ¿por qué tú fumas?". La respuesta a esa pregunta es muy difícil... Recuerda que somos modelos para nuestros hijos e hijas: Aprenderán, repetirán y adquirirán todos aquellos comportamientos que tu hagas. Sé un buen ejemplo para ellos y ellas: Decide dejar de fumar hoy mismo.




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